Diálogo con la Segunda Marquetalia: Cumplir para avanzar hacia la paz integral en Colombia.
¡Acuerdo Firmado, Acuerdo Cumplido! Uno de los criterios de la Mesa de Diálogo de Paz instalada oficialmente en la ciudad de Caracas entre el Gobierno nacional y los “marquetalianos”, disidencias de las Farc – Ep.
Por: Maricela Londoño Castro
El pasado 24 de junio 2024, se instaló oficialmente en el Centro Cultural Estancia en la ciudad de Caracas – Venezuela, la Mesa de Diálogos de Paz entre el Gobierno colombiano y la organización armada rebelde, la Segunda Marquetalia – EB. Un escenario que ha generado controversias entre quienes creen que esta guerrilla merece tener nuevamente una mesa de diálogo, y quienes consideran que ya tuvieron su oportunidad y deben someterse a la justicia sin mayores consideraciones. El Gobierno del presidente Petro ha decidido en su plena autonomía y respaldo de la Constitución del 91 iniciar otro momento, dar apertura e iniciar un proceso de paz.
En cabeza de Iván Márquez, excomandante de las Farc – EP, exjefe negociador en los diálogos de paz con el Gobierno Santos y actual comandante de la Segunda Marquetalia, junto a José Vicente Lesmes, alias Walter Mendoza, vocero principal de la organización armada; de otra parte, el gobierno nacional tiene la vocería a cargo del Alto Consejero para la Paz, Otty Patiño y el Jefe de la delegación, el Exmagistrado del Consejo Nacional Electoral (CNE) Armando Novoa, quien en su intervención insistió “en la importancia del momento y el fortalecimiento de la democracia, la participación y la soberanía popular como principio a la hora de construir la paz desde y con las comunidades y sus territorios.”
Los países garantes Venezuela, Cuba y Noruega, manifestaron su apoyo irrestricto a este proceso como una alternativa real para rectificar los incumplimientos y renovar pese a las adversidades y múltiples enemigos, caminos reales de paz; como acompañantes permanentes estuvieron el representante especial del secretario general de Naciones Unidas, Carlos Ruiz Massieu y la Conferencia Episcopal de Colombia. La mesa contó además con la presencia de seis personas que conformarán el equipo negociador por el gobierno: La Doctora Gloria Arias Nieto; María Camila Moreno; el coronel retirado Jaime Ariza; Tulio Gómez, empresario de Cali; Gabriel Bustamante, subdirector de la ANT; Parmenio Cuéllar, exgobernador de Nariño.
Por la delegación de los “marquetalianos”, se hizo presente José Aldinever Sierra Sabogal, Giovanni Andrés Rojas, Alberto Cruz Lobo, Allende Perilla Sandoval, William Danilo Malaver López, Luis Andrés Figueroa Marín, José Darley Malagón Jiménez y Henry Quiñones Angulo.
¿De dónde vienen las y los Marquetalianos?
A finales de agosto del año 2019, cuando el país y el mundo se enteraba del anuncio del excomandante de las Farc – EP y para entonces jefe negociador en los diálogos con el Gobierno Colombiano Luciano Marín, alias ‘Iván Márquez’, quién junto a Seuxis Pausias Hernández ‘Jesús Santrich’, Henry Castellanos, alias ‘Romaña’, Hernán Darío Velásquez ‘el Paisa’ y otros excombatientes, posteriormente asesinados en distintas circunstancias, quienes para la fecha se declararon nuevamente en rebeldía e informaron a la opinión pública que, a causa de las tácticas de “incumplimiento” y “entrampamiento” confirmadas años después por Antonia Urrejola experta internacional en derechos humanos de la oficina de la ONU se declaraban a partir de esa fecha en la Organización Armada Rebelde, la Segunda Marquetalia – EB.
A propósito de Antonia Urrejola, delegada de la ONU para investigar el incumplimiento de los acuerdos, años después de la firma del acuerdo y la partida de Márquez y Santrich, entregó un informe, en él enunciaba que la Fiscalía de la época en cabeza el señor fiscal Néstor Humberto Martínez, “sí obstaculizó a la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) porque el excomandante de las Farc duró un año privado de la libertad sin que se aportaran pruebas suficientes para comprobar su culpabilidad en el delito. …se podría haber recurrido a la figura del “agente provocador”. El caso de entrampamiento que se habría dado contra el exjefe de las antiguas Farc en un contexto en el que hubo un “uso abusivo de la persecución judicial”, afirmó Urrejola en el informe.
Razones que llevaron a estas comandancias a retomar las armas, regresar al monte e iniciar las acciones delictivas comunes de este tipo de grupos para sostenerse. Esta fue una facción de las Farc, pues la otra fue la liderada por “Iván Mordisco” quien, con sus hombres, nunca entraron a los diálogos de paz, nunca se sentaron, nunca se desmovilizaron, y se han convertido en los enemigos naturales de los “marquetalianos”, con quienes han librado una guerra a muerte por el control de los bienes naturales y las comunidades en los territorios abandonados por las antiguas Farc.
Desde entonces, Márquez y sus seguidores se marcharon para la frontera con Venezuela, afrontando las acciones de las autoridades que dieron como resultado no solo la muerte de Santrich, sino de muchos otros hombres de la comandancia y las tropas “marquetalianas”.
¿Qué se espera con este proceso de diálogo?
…»tener la posibilidad» de hacer «política sin armas», por lo que «cumplir con lo acordado será la condición. Todo proceso de paz tiene el propósito de propiciar las condiciones para que, quienes estamos alzados en armas, contemos con las garantías de continuar en nuestra brega por los cambios por los que hemos luchado a lo largo de nuestras vidas», dijo el jefe negociador de la delegación de la Segunda Marquetalia, Walter Mendoza, un histórico jefe de las Farc, quien señaló que la Segunda Marquetalia “espera llegar a un acuerdo de paz sin entrampamiento alguno, y que lo suscrito se cumpla íntegramente por el Estado en su conjunto, ha sido práctica del Estado colombiano que lo que ha acordado en negociaciones con las guerrillas quede enredado en el berenjenal de normas, en la maraña institucional, en la precariedad de la gestión gubernamental, atrapado por los sistemas de corrupción, está en manos del Estado y de toda su institucionalidad, en particular, del actual Gobierno».
A juicio de la delegación, la situación actual demanda la «búsqueda de salidas que permitan consolidar la perspectiva de la solución política, a fin de transitar hacia un proceso cierto de construcción de paz».
Ambas delegaciones anunciaron que, en este primer ciclo de negociaciones, se tiene previsto «definir los protocolos de la negociación y anunciar las primeras decisiones sobre medidas para contribuir a avanzar en el des escalamiento del conflicto».
Llama la atención la mirada de Tulio Gómez, empresario del Valle del Cauca, quien indico que espera “se llegue a unos acuerdos y a dar unas garantías, ya que, cuando un guerrillero se desmoviliza, lo que necesita es la seguridad de que no lo vayan a matar, pero también una forma de trabajo. Además, agregó “no sé si aún está vigente la ley que dice que aquella empresa que contrate un desmovilizado no paga parafiscales, si no está, sería muy bueno revivirla para este caso. Definitivamente, por muy cara que sea la paz, es mucho más barata que la guerra”, añadió.
Desafíos y Controversias
Para el Representante a la Cámara Alirio Uribe Muñoz, copresidente de la Comisión de Paz, pese a que el anhelo de la paz es un sentir colectivo, “no todas y todos están de acuerdo en este tipo de procesos, por ello se generan diversos escenarios que, sin duda, marcan los desafíos a la hora de hacer efectivas las políticas de cumplimiento e implementación de la paz; uno de ellos, es el Marco Jurídico” el representante afirma que “los actuales están hechos para dos instancias: la primera responde a los grupos con estructura ideológica y política, quienes hacen procesos de desmovilización y el diálogo con las bandas criminales, sin ideologías, a quienes se someten. Actualmente no hay una figura jurídica para las disidencias, especialmente en este caso donde los actores armados aluden que las razones de su posición han sido los incontables incumplimientos y la falta de garantías para la vida por parte de la contraparte, que seria el gobierno nacional.”
Según el representante a la Cámara Norman Bañol, indígena del partido MAIS, quien también hace parte de la Comisión de Paz, “son muy favorables los diálogos que buscan establecer caminos para la construcción de paz que materialice los derechos fundamentales,” sin embargo, llama la atención respecto a que “los procesos que buscan la paz en el marco del conflicto armado interno, generalmente, dejan a las comunidades en medio de los armados, por ello acompañamos esta decisión, este proceso y le pido al presidente Petro y a los actores armados que por favor cesen las hostilidades en contra de la sociedad civil, la paz no puede hacerse a acosta de las comunidades indígenas, negras, campesinas, que siempre han acompañado los esfuerzos de paz.”
La Representante Julia Miranda, del Partido Nuevo Liberalismo y copresidenta de la Comisión de Paz, señala que “desafortunadamente los buenos resultados de los acuerdos de paz firmados en 2016 con las Farc nunca se implementaron, por ello la importancia de retomarlos, y avanzar con los ´marquetalianos´”, así mismo hace un llamado urgente al Gobierno nacional para que “mientras se celebran estos diálogos y negociaciones, el Estado no pierda el control del territorio y se analicen los impactos y los graves daños al patrimonio natural que está sufriendo nuestro país, tomar mediadas frente a las acciones ilegales de los grupos armados, entre las que se destacan la tala de los bosques para aumentar los cultivos ilícitos, la minería ilegal, el asesinato a las y los líderes sociales y ambientales, el narcotráfico, y las múltiples afectaciones que se están viviendo en los territorios, reitera además la urgencia de descongelar los escenarios de paz estancados.”
Sin duda, Colombia atraviesa un momento complejo que requerirá un talento especial para la escucha y el diálogo para que de manera pronta se encuentren resultados efectivos que disminuyan la zozobra de las comunidades que viven en medio del conflicto y la violencia.
Es un momento en que urge recobrar la confianza y la participación real y efectiva de todos los actores de la sociedad, un diálogo colectivo que garantice una verdadera territorialización integral de la paz total con garantías, sin miedo y con derechos, que vislumbre un proyecto de país conjunto y posible de acuerdo a la justicia y la ley.
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