comisionesSaludEutanasia: un debate que cumple más de 25 años en Colombia

Eutanasia: un debate que cumple más de 25 años en Colombia

Por: Nicolás Collazos Guzmán 

La Ley 014 de 2024, que se está debatiendo en la Cámara de Representantes, busca regular el derecho a una muerte digna mediante la eutanasia. Además, esta ley pretende crear un marco legal específico para quienes quieran optar por la eutanasia, en un contexto social y ético que ha ido cambiando en Colombia durante más de 20 años.

El asunto de la muerte asistida ha suscitado debates filosóficos, jurídicos y médicos en el país, incluso teológicos; la Corte Constitucional reconoció el derecho a morir dignamente en la Sentencia C-239 de 1997, pero aún no tiene una regulación clara que permita su acceso efectivo. Desde que la Corte Constitucional despenalizó la eutanasia en 1997, el debate sobre el derecho a morir con dignidad ha tenido altibajos en Colombia. Durante años, las peticiones de eutanasia se trataron individualmente y a menudo dependían del juicio de los comités médicos y de las instituciones de salud. La primera gran reforma se dio con la Resolución 1216 de 2015, que estableció algunas directrices para los procedimientos de eutanasia en el país. Sin embargo, seguía habiendo vacíos legales y burocráticos que complicaban el acceso real de los ciudadanos a este derecho.

Recientemente, ha aumentado la demanda de una regulación más fácil de acceder. Organizaciones civiles, médicos y pacientes han denunciado que muchas personas en condiciones terminales aún enfrentan grandes obstáculos para ejercer su derecho a una muerte digna. En ese sentido, el Proyecto de Ley 014 de 2024 fue aprobado en su primer debate este 19 de septiembre, pero es importante tener en cuenta que le faltan 3 debates más y sus respectivas conciliaciones tanto en la plenaria de Cámara como en la de Senado. Es un camino largo que apenas reinicia, en el que ya ha sucumbido antes, en medio de un debate que por más de 25 años ha demostrado las profundas divisiones y contradicciones de la sociedad colombiana. Los que respaldan la propuesta afirman que es fundamental que el gobierno asegure la libertad de las personas para tomar decisiones sobre el final de su vida en casos de sufrimiento extremo o enfermedades terminales. En contravía, aquellos que no lo aprueban, argumentan que el derecho a la vida prima sobre cualquier otra justificación.

El representante a la Cámara por el Partido Liberal, Juan Carlos Losada, el principal impulsor de esta iniciativa ha señalado que derecho a morir dignamente es una extensión del derecho a vivir con dignidad. Losada argumenta que las personas deben tener el control total sobre su muerte cuando enfrentan sufrimiento insoportable, y que este proyecto simplemente busca garantizar su derecho a ese acceso. Los médicos a favor del proyecto enfatizan que, frecuentemente, la muerte asistida es la única manera de reducir el sufrimiento intenso de los pacientes en fase terminal. Desde esta perspectiva, el proyecto no solo se basa en principios éticos, sino también en la necesidad de adaptar la legislación a las realidades médicas y sociales de un país que, a pesar de los avances legales, aún enfrenta grandes desafíos para garantizar este derecho de manera equitativa.

Los críticos del proyecto de ley han expresado su inquietud sobre los impactos sociales y éticos que podría tener la regulación de la muerte asistida. Sectores religiosos y conservadores son los principales detractores, ya que ven la eutanasia como una violación del derecho inalienable a la vida. Otro argumento en contra es el temor de que se trivialice la vida humana. Desde este punto de vista, la ley podría implicar que algunos sectores de la población, como los adultos mayores o los enfermos terminales, sientan que su vida ha perdido valor y que la opción más; es la de morir, lo que puede generar una presión social no deseada.

Hernán Cadavid, representante del Centro Democrático, es uno de los mayores críticos de esta ley, argumentando en numerosas ocasiones que la eutanasia presenta un dilema ético serio, ya que cree que la vida es sagrada y debe ser protegida en todas las situaciones. Desde su perspectiva, la legalización de la eutanasia vulnera principios fundamentales de la moral cristiana y puede llevar a abusos en su aplicación, especialmente en casos de pacientes vulnerables. Asimismo, Armando Zabaraín, representante del Partido Conservador, ha indicado que la legalización de la eutanasia fomenta un tipo de homicidio y que escasos médicos aceptarían llevar a cabo este procedimiento, dado que muchos de ellos prometieron cuidar la salud de los pacientes.

Aunque hay grandes divisiones sobre este tema, el futuro de la ley se definirá en las próximas discusiones y votaciones del Congreso. De ser por fin aprobada, esta ley posicionaría a Colombia como uno de los pocos países de América Latina con una regulación clara y efectiva sobre la eutanasia, permitiendo que más personas puedan ejercer su derecho de manera libre y digna.

Lo que si se prevé es que el debate suscitará gran interés en todas las bancadas representadas en la cámara, así como también de expertos y defensores pro-vida.

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