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Mujeres de América Latina: sobrecarga laboral, doméstica y de cuidados no remunerados

Más de 100 congresistas de América Latina y el Caribe, académicas, delegadas de organizaciones sociales, de mujeres y LGTBIQ+ participaron en el principal foro intergubernamental regional de las Naciones Unidas sobre los derechos de las mujeres y la igualdad de género; donde uno de los ejes centrales de análisis fue las mujeres y la ‘Economía del Cuidado’.

Por Ginna Tatiana Piragauta.

La sobrecarga laboral, doméstica y de cuidados no remunerados, fue el tema central de análisis en la XV Conferencia Regional Sobre la Mujer de América Latina y el Caribe, que se realizó en Buenos Aires, Argentina, y en el que participó la segunda vicepresidenta de la Cámara de Representantes, Erika Tatiana Sánchez Pinto, integrante de la Comisión Legal para la Equidad de Género.

La congresista santandereana por la Liga de Gobernantes Anticorrupción manifestó que, no solo en Colombia sino en el mundo, “la sobrecarga del trabajo que no se paga, recae fundamentalmente en las mujeres, de manera que dedican más del doble del tiempo al trabajo no remunerado, es decir a cumplir funciones de cuidado y domésticas, lo cual limita su propio desarrollo, sus oportunidades educativas y laborales y les deja menos tiempo para el descanso, el ocio, la participación comunitaria, social y política”.

Según la ponencia de Erika Sánchez, la pandemia produjo un retroceso cercano a los 20 años, en los niveles de participación laboral de las mujeres en la región, lo que limitaría su autonomía económica. Además, manifestó que el principal obstáculo para la plena inserción de las mujeres en el mercado laboral está relacionado con la sobrecarga del trabajo doméstico y de cuidados no remunerado.

“Es urgente establecer medidas de conciliación laboral para la población masculina y femenina, que haga posible que los hombres se involucren más en los cuidados, como mecanismo de redistribución de las tareas no remuneradas. Se debe lograr un mayor compromiso legislativo en las fases de diseño, operación, monitoreo y evaluación para el sistema de cuidados, la adecuación de marcos normativos y regulatorios para que hombres y mujeres puedan acceder a los servicios de cuidados de sus hijos y otras personas dependientes”, expresó la legisladora.

Sobrecarga de trabajo

La representante que integra la Comisión Legal para la Equidad de Mujer, advirtió que la carga total de trabajo de las mujeres, incluye trabajo remunerado y no remunerado, es superior a la de los hombres en la población ocupada en todos los países y grupos de edad, oscilando entre 6,3 y 29,5 horas por semana.

Según cifras de la CEPAL, en América Latina y el Caribe, las mujeres dedican un 19,6% de su tiempo al trabajo doméstico y de cuidados no remunerado mientras que los hombres solo un 7,3%, es decir, las mujeres ocupan su tiempo en estas actividades, casi el triple que los hombres.

Al respecto, José Manuel Salazar, secretario ejecutivo de la CEPAL, indicó “lograr la igualdad de género, la autonomía de las mujeres y el derecho al cuidado es parte central de la solución ante las crisis, un factor esencial para la recuperación económica de la región y para la construcción del modelo de desarrollo equitativo y sostenible al que todos aspiramos y queremos”.

Recalcó que se debe tener una especial atención a la regulación que rige el acceso a centros de cuidado y educación infantil, permisos de paternidad, licencias parentales, entre otras normas, que tradicionalmente han sido discriminatorias al centrar la responsabilidad del cuidado en las mujeres.

De acuerdo con la última encuesta sobre el “Uso del Tiempo”, llevada a cabo en el 2021 por el Departamento Administrativo Nacional de Estadísticas -DANE-, en promedio las mujeres, dedicaron 8 horas y 15 minutos diarios a trabajos domésticos y de cuidado no remunerado, mientras que el hombre promedio solo gastó 3 horas y 21 minutos de su día.

Esta diferencia, se profundizó mucho más no solo en Colombia sino en América Latina y el Caribe durante la pandemia. El traslado de la educación y los cuidados hacia el hogar produjo para las mujeres una sobrecarga de tareas relacionadas con el cuidado, sumándose a esto la perdida de los empleos de muchas de ellas.

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