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Colombia y la presión inflacionaria

En Colombia, la inflación se calcula a través del Índice de Precios al Consumidor (IPC), el cual mide el costo de vida en una economía a partir de la evolución de los precios de los bienes y servicios que consumen típicamente los hogares; teniendo en cuenta lo anterior, la inflación se entiende como el promedio ponderado de los cambios de precios del conjunto de bienes y servicios que conforman la canasta del IPC.

Por: Alejandro Escobar – Gerente estratégico de Sectorial.co

Al cierre de 2022, la inflación se ubicó en el 13.12 %, una cifra histórica en los últimos 24 años. Esto trae una serie de efectos adversos en la economía. En primer lugar, afecta la capacidad de compra que tiene el ingreso de los consumidores. Y en segundo, incide en la redistribución del ingreso, asentando la desigualdad y golpeando a los más pobres, ya que los productores pueden trasladar el incremento de precios al consumidor final.

Por otro lado, tiene un impacto negativo en la competitividad en la medida en que, con una elevada inflación, los bienes nacionales van a tener menores posibilidades de ser transados en los mercados internacionales debido a que los agentes económicos prefieren productos procedentes de países con precios más bajos.

¿Cuáles pueden ser los sectores más afectados?

La inflación genera volatilidad sobre la estructura de costos de las empresas, lo cual conlleva a incertidumbre y desconfianza en el mercado. Por las presiones en el incremento del precio de productos energéticos, los sectores más afectados son: minería, metalurgia, la industria de la madera y papel, la química básica o la fabricación de productos de caucho y plásticos, dado que sus procesos de producción son intensivos en energía.

El elevado crecimiento en precios de insumos energéticos afecta al sector de productos minerales no metálicos, en especial la producción de vidrio, productos cerámicos, baldosas, aparatos sanitarios, cemento, cal y yeso. Todos ellos son insumos básicos para construcción. Además, el incremento en los precios de los combustibles y la energía impacta la hostelería, actividades hospitalarias y asistenciales, gimnasios, peluquerías, tintorerías, parques de atracciones y escuelas de conducción.

Por otro lado, los combustibles más costosos y el crecimiento en el nivel de precios de insumos como los fertilizantes, repercuten en el sector agrícola. De esta manera, la industria alimentaria también sufre un efecto negativo en sus márgenes ya que compra más caras las materias primas.

El comercio de productos alimenticios, por su parte, también se ve en gran medida impactado, tanto por el encarecimiento de sus compras como de sus costos energéticos, los cuales son relevantes debido a la necesidad de frío para conservar los alimentos.

Así va el 2023

Debemos entender que el ajuste tan elevado en precios en Colombia es el resultado de dos tipos de choque entre la demanda y la oferta. El primero se originó desde 2021 después del aislamiento generalizado de 2020. Esto motivó la salida masiva de los consumidores a comprar bienes y servicios. El segundo fue la respuesta de las empresas para dar oferta a esas necesidades; esta capacidad se vio disminuida al no reaccionar a la misma velocidad de la demanda.

Estos dos choques confluyeron durante 2022, lo que trajo como consecuencia el alza en precios por mucha demanda y alza en precios por poca oferta. Esto llevó a cerrar el año con una inflación del 13.12 %, la más alta de los últimos 23 años, y la cual no ha parado de crecer en el presente.

Cuando hay un nivel tan alto de precios tenemos efectos tanto para las empresas como para los consumidores. Las personas concentran su consumo, su demanda, en los bienes de categoría inelástica, entre estos los alimentos y los combustibles, esos bienes que son necesarios de los cuales no pueden prescindir. Por eso estamos viendo caída en la compra de vehículos y de vivienda, porque la gente está siendo mucho más racional.

Para las empresas los altos precios se transforman en altos costos, lo que reduce los niveles de márgenes y utilidad, y frente a esta coyuntura, por lo general, empiezan a verse necesarios los recortes de plantillas. Muestra de esto es el fenómeno de despidos masivos no solo en Colombia sino en el mundo, incluso en grandes multinacionales. Esta estrategia busca cuidar las finanzas de la organización.

Desde Sectorial.co creemos que la inflación empezará a descender en abril de 2023, sobre todo por problemas al comienzo de año desde la oferta, los cuales han impedido que ese ajuste de precios se diera antes. Los colombianos mejorarán su poder adquisitivo dado que los salarios se ajustaron entre el 13 y el 16 % para 2023, lo que se suma a una proyección de inflación del orden del 8 % este año. Al verse favorecida la capacidad de compra, se restablecerá la demanda ayudando a la dinámica económica.

 

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