Fracking: excavando entre el vacío
El 14 de noviembre de 2022 el Ministerio del Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible, en su página Web, anunciaba la radicación de un proyecto de ley que pondría fin a la explotación por fractura hidráulica, más conocido como fracking.
Según las palabras de la ministra Susana Muhamad, este proyecto será la punta de lanza para “(…) trabajar por un país que haga una transición social, económica y ambiental para enfrentar la crisis climática”. Es decir: la prohibición del fracking cumpliría con el compromiso del gobierno de Gustavo Petro de frenar el impacto del cambio climático en Colombia, así como de las afectaciones que tiene esta práctica en suelos y aguas del país.
De acuerdo con la Asociación de Petróleo y Gas ACP en su artículo “¿Realmente sabe qué es el Fracking?”, actualmente, no se ha realizado actividades de estimulación hidráulica multietapa en pozos horizontales en yacimientos no convencionales, pero se han realizado varios trabajos de estimulación hidráulica en pozos verticales en departamentos como Meta, Putumayo, Huila, Santander y Norte de Santander sin que se hayan comprometido los acuíferos o la salud pública.
El representante Cristian Danilo Avendaño (@crisavendanof) denunció que en las regiones petroleras de Santander las organizaciones sociales contra el fracking se han visto obstaculizadas para realizar su labor de control en los planes piloto que se realizan en esta zona del país. Por su parte, la bancada del Centro Democrático, en cabeza del representante antioqueño Juan Fernando Espinal Ramírez, presentó un proyecto de ley que no abre las puertas del fracking, sino que busca mantener los pilotos en curso con fines de investigación. En declaraciones dadas a un medio internacional el congresista aseguró: “Se busca preservar y garantizar la seguridad energética de todos los colombianos, mediante estudios responsables sustentados científicamente y no desde las ideologías políticas ni desde la intuición”.
El debate en las redes sociales
En retrospectiva, el representante liberal Juan Carlos Losada (@JuanKarloslos), férreo opositor de esta práctica, una vez posesionado el expresidente Iván Duque (2018) escribió en su perfil de Twitter: “el Fracking responsable no existe! “menos aún en un país como Colombia donde no existe un solo estudio geológico serio”.
Por su parte, el santandereano Óscar Villamizar, del Centro Democrático, le dijo al diario Vanguardia en 2019 que el fracking “Es un tema que hay que revisar con imparcialidad, sin apasionamiento, nosotros tenemos reservas petroleras por 5.6 años, y eso quiere decir que el país tiene que depender de algo, si bien el Gobierno le está apostando al turismo y la economía naranja, también debemos trabajar porque esta industria petrolera tenga una salida y siga respaldando financieramente al país”.
Para 2020, con las pruebas piloto aprobadas, el representante Espinal preguntaba en su cuenta de Facebook (@JuanEspinal): “Si el ‘fracking’ se necesita, después del análisis científico hay que darle viabilidad. ¿Cuál es el miedo de la izquierda de que hagamos pilotos para la investigación científica y tener la prueba si hay afectación o no?”.
Durante el pasado Foro Económico Mundial en Davos (Suiza), Irene Vélez, ministra de Minas y Energía, ratificó la decisión del Gobierno de no conceder nuevos contratos de exploración de gas y petróleo, con el fin de lograr la transición energética y “sobrevivir como país”.
El proyecto de iniciativa gubernamental y el de la bancada de oposición entrarán en debate en este segundo periodo legislativo, donde el argumento ecológico (la protección del agua, suelo y aire) y el económico (que busca mantener el flujo de valiosos recursos y regalías de gas y petróleo para uso y ganancia nacional), se verán cara a cara para su debate más serio, ya que dicha discusión, así como el estado actual de la extracción, ha sido apenas una prueba piloto.
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