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Economía forestal rumbo a la sostenibilidad ambiental

La Comisión Accidental de Bosques y Cambio Climático dedicó una de sus sesiones a discutir sobre el sector de la economía forestal, escuchado voces de entidades ambientales, comunidades campesinas, académicas y de la sociedad civil sobre cómo impulsar esta economía y combatir la deforestación en el país.

Por: Catalina Cadena

Colombia ocupa el primer lugar en biodiversidad por kilómetro cuadrado en el mundo y la mitad del territorio tiene más de la mitad de su área con bosques naturales.

En 1959, el Congreso de la República expidió la Ley Segunda, que sentó las bases para la estrategia de conservación. Con esta norma se preservaron siete grandes reservas forestales que en ese momento correspondían a más de 60 millones de hectáreas, su propósito era la protección de los suelos, las aguas, la vida silvestre y el desarrollo de actividades productivas.

La economía forestal busca aprovechar de manera adecuada los recursos de los bosques, conservando el equilibrio de los terrenos, por eso es importante que estas prácticas se lleven a cabo de manera controlada y que el Estado proporcione recursos, así como capacitación, que impulsen a las comunidades a llevar a estas actividades económicas protegiendo el medio ambiente.

El país cuenta con aproximadamente 60 millones de hectáreas de bosques naturales, de las cuales 31 millones están dentro de territorios titulados a comunidades indígenas y afrocolombianas, además de un millón que están en territorios campesinos, las cuales han contribuido a cubrir sus necesidades básicas. Por eso la economía forestal debe poder proveer de recursos a los habitantes de estos terrenos mientras a la par contribuye a su conservación.

En su preocupación por el impulso de este tipo de actividad productiva, que al mismo tiempo pueda preservar el bosque, la representante a la Cámara, Julia Miranda, quien fue directora de Parques Nacionales entre los años 2004 y 2020, y actualmente integrante de la Comisión Quinta que discute temas ambientales, convocó a una sesión del Foro de Economía Forestal, para escuchar diferentes voces expertas y así buscar alternativas para el desarrollo de esta área.

Las ventajas de tener una economía forestal consolidada son: impacto positivo sobre el cuidado del medio ambiente, conservación de especies vegetales como animales, preservación de los paisajes, protección del agua, prevención de la erosión del suelo y la más importante, absorción de dióxido de carbono como liberación de oxígeno.

Dentro de las voces invitadas estuvo Clara Solano, directora de la Fundación Natura y coautora del libro “Colombia, un país de bosques”, quien está comprometida con los temas de desarrollo sostenible del país. En su intervención manifestó que la economía forestal permitirá que se frene la deforestación y también hacer uso de la riqueza forestal, los productos que se obtienen de ella (resinas, frutos, fibras), todo un conjunto de elementos que produce el bosque que además permitirá fortalecer sectores como el del turismo.

Sin embargo, esta economía actualmente se encuentra en un rezago en comparación con otros países de Latinoamérica, no hay un aporte concreto ni significativo a pesar de que existen los recursos; no hay aprovechamiento sino explotación, con un manejo irracional que no cuenta con planes claros de manejo o de ordenamiento.

Las explotaciones generan beneficios para los intermediarios que, en muchos casos, son mafias que tienen el control o el capital para poder financiar insumos como motosierras y combustible. Las comunidades reciben un ingreso mínimo por un trabajo muy arduo, pero en un sector que tiene una visión capitalista de la explotación que no se acompasa con la de conservación.

Al respecto, el coordinador de Áreas de Selvas y Biodiversidad de Censat Agua Viva, Diego Cardona, asegura que hay que tener en cuenta otros sectores de la economía forestal, no solo la madera, para hacer un manejo forestal comunitario de no maderables, donde se puede aprovechar el potencial que hay dentro de los territorios; que exista apoyo y financiamiento por parte del Estado a las comunidades locales que llevan a cabo aprovechamiento forestal para que se le garantice los derechos de titularidad.

Para Ricardo Flórez Rueda, actual enlace con las comunidades del proyecto de economía forestal Unión Natural que se desarrolla en el Medio Atrato chocoano, la economía forestal es un medio alternativo para las comunidades, pero le pide al Gobierno que los territorios colectivos de las comunidades negras, en los que habitan ancestralmente y le han dado un manejo responsable, así como sostenible, se aplique el derecho diferencial, ya que siendo dueños del bosque a veces se ven limitados para tener acceso a los beneficios por las restricciones estatales.

Para finalizar, cabe señalar que es obligación del Estado invertir en un manejo forestal comunitario y que la economía forestal sea una herramienta efectiva para controlar la deforestación, lo cual exige actuaciones coordinadas del Congreso con las comunidades, gremios y expertos, quienes esperan ajustes que saldrán de las discusiones legislativas sobre el Plan Nacional de Desarrollo.

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