Proyecto de Licencia Menstrual: apenas fue radicado y ya hace parte del debate nacional
El Proyecto de Ley que aún no surte su primer debate en el Legislativo ha despertado diversidad de opiniones e inquietudes; mientras en muchos países ya se aplica, en Colombia se empieza a poner sobre la mesa importantes reflexiones.
Por: Lyz Osorio
Cuando Angie tuvo su primera menstruación una mezcla de emociones la invadió en ese pequeño baño de su colegio; “ya soy grande”, pensó, y a excepción del conocimiento básico sobre ese acontecimiento y el uso de los productos íntimos que, a esa edad, tanto en casa como en algunas clases promueven, no podía imaginar que este ciclo natural venía acompañado de tantas incomodidades e incluso dolores crónicos.
A medida que Angie crecía, la llegada de su periodo se convertía en una pesadilla: cólicos fuertes que le bajaban la presión y la hacían temblar, incluso desmayarse; hemorragias que generaron todo tipo de episodios incómodos. Por más de trece años intentó apaciguar el dolor con toda clase de medicamentos, pues prefería continuar con sus actividades diarias antes que ir al médico a buscar una incapacidad; en parte por incredulidad de que fuesen a concedérsela y resignada a que era normal.
Históricamente, menstruar se ha visto como un proceso íntimo que ha estado relegado al espacio privado de quienes lo viven, lo que ha impedido que se normalice el diálogo sobre esta condición fisiológica; es por esto que, desde 2021, el Congreso de la República viene presentando diferentes propuestas para hablar sobre la Gestión Menstrual y los Derechos Menstruales en Colombia.
El Proyecto de Ley 378/2023 “Por medio del cual se crea la licencia menstrual y se establecen lineamientos para una política pública que promueva, sensibilice y ejecute planes de acción sobre la protección de los derechos menstruales y se dictan otras disposiciones”, fue radicado el pasado 28 de marzo ante la Secretaría General de la Cámara de Representantes.
Casos como el de Angie, que hoy tiene 26 años, es el de millones de personas menstruantes en el país, las cuales fueron motivación para que el Proyecto de Ley presentado por los representantes María Fernanda Carrascal y Pedro Suárez, del Pacto Histórico, se enfocara en esta problemática.
Detalles del proyecto
Mediante 17 artículos que componen la iniciativa, buscan modificaciones a algunos puntos del Código Sustantivo del Trabajo: incluir la protección del derecho a la salud menstrual, el reconocimiento de la menstruación como un proceso fisiológico natural que puede llegar a ser incapacitante, y brindar a las personas menstruantes el derecho a una licencia remunerada de un día por mes calendario ante la imposibilidad de llevar a cabo su jornada laboral.
El articulado expone que el empleador podrá conceder mayor tiempo de licencia remunerada si la trabajadora o persona menstruante presenta un certificado médico en el cual se expongan las razones que lo justifiquen, y señala que queda a elección de estas el día que consideren que deben suspender su asistencia a la jornada laboral, realizando un aviso previo al empleador.
Dentro de los aspectos contemplados también se encuentra la “Nulidad del despido”, anotando que el empleador está obligado a conservar el puesto de la mujer o la persona trabajadora que esté disfrutando de los descansos remunerados mencionados en este proyecto, tales como enfermedad motivada por el embarazo, parto o menstruación.
Perspectivas sobre la licencia menstrual
Sobre su iniciativa, la representante María Fernanda Carrascal dice que «La menstruación debe ser un tema de salud y política pública que incluya pedagogía y campañas para que se relacione como un proceso biológico natural de las mujeres. Con este proyecto se busca dignificar a las trabajadoras y personas menstruantes porque necesitamos espacios laborales seguros incluso para menstruar (…), hay quienes viven este periodo con síntomas dolorosos e incluso les quitan autonomía para realizar actividades diarias, así que lo que queremos es protegerle y garantizarle sus derechos de una menstruación segura a quienes pasen por estos procesos incapacitantes”.
La congresista añade que el proyecto promueve el buen manejo de la gestión menstrual y otros factores que vinculan a la menstruación con la salud, el bienestar, la igualdad de género, la educación y el empoderamiento de niñas y mujeres, adolescentes y personas menstruantes.
Por su parte, la representante Carolina Arbeláez, de Cambio Radical, reconoce esta iniciativa como valiosa, pues considera tiene buena intención al buscar generar conciencia en los empleadores que no conocen o no comprenden que muchas mujeres cuando menstrúan padecen dolores muy fuertes, incluso incapacitantes, no obstante planteó algunas inquietudes: “Me preocupa que el remedio termine siendo peor que la enfermedad, y lo he dicho en todos los espacios, pues es un debate que debemos abordar con mucha responsabilidad.
Las mujeres hemos avanzado mucho en temas de igualdad de género, sin embargo, aún enfrentamos una brecha laboral considerable, y lo que no puede terminar pasando es que esa carga que el proyecto le da al empleador se quiera evitar y este termine no contratando mujeres, cuando lo que necesitamos es generar más oportunidades”.
Desde la academia, Liliana Forero, doctora en Ciencias sociales, magíster en Desarrollo Social y Estudios de la Sociedad, ha realizado trabajos académicos y asesorías en derechos sexuales, reproductivos y en especial en gestión menstrual con adolescentes y jóvenes, y asegura que “en Colombia se han dado pasos interesantes frente al tema; (…) sin embargo, sigue siendo un paño de agua tibia, pues si no hay una visión integral del asunto resulta complejo pensar en la obtención de un certificado médico cuando por un cólico la probabilidad de atención va a ser baja, es decir, no hay un reconocimiento de que efectivamente existen dolores asociados a la menstruación que pueden ser incapacitantes y no necesariamente están ligados a una condición patológica como la endometriosis”.
La doctora Forero expresa preocupación en el descenso de nivel de contratación que podría traer la aprobación del proyecto e invita a analizar a la luz de la realidad en países que ya han aprobado este tipo de ley, para identificar cuál ha sido el impacto en torno a, por ejemplo, el comportamiento del índice de reclamo de días libres por licencia menstrual, entre otras variables determinantes.
Efectivamente, la iniciativa de licencias menstruales se ha aplicado en países como Japón, Corea del Sur, Indonesia, Taiwán, India, España, Francia, Alemania, Reino Unido y Australia. En América Latina el país pionero es México, en donde el pasado 14 de febrero el Congreso de la Ciudad de México aprobó la iniciativa para hacerle una modificación a la Ley Federal del Trabajo y la Ley Federal de Trabajadores al Servicio del Estado, con el fin de otorgarle a las mujeres trabajadoras y personas menstruantes dos días remunerados al mes.
Panorama nacional
Según el informe “Menstruación en Colombia”, realizado por el DANE para recopilar datos cuantitativos al respecto, de acuerdo con las proyecciones poblacionales basadas en el Censo Nacional de Población y Vivienda – CNPV 2018, para 2022, en Colombia hay 17.3 millones de niñas y mujeres entre los 10 y 55 años, un rango de edad considerado “en edad de menstruar”. En este sentido, al menos el 33.6 % de la población en Colombia menstrúa y, por tanto, se trata de un asunto de salud pública y derechos humanos de gran alcance.
Dentro de los datos relevantes de esta investigación está que, entre mayo de 2021 y mayo de 2022, en promedio, el 80 % de las mujeres ha tenido que interrumpir sus actividades diarias por su periodo menstrual; el 86 % lo hicieron por dolores físicos asociados.
La historia de Angie podría reflejarse en esas cifras, y deja una reflexión sobre este proyecto y la creación de conciencia en la sociedad sobre los efectos que tiene el periodo menstrual, que, si bien no es una enfermedad, altera en menor o mayor medida la normalidad de quienes la viven, e invita a las mujeres a prestar atención a sus síntomas. “Normalicé mi dolor, quería también cumplir con mis actividades laborales y personales, evitaba ir al médico a incapacitarme, me automedicaba, hasta que ya el dolor fue incontrolable, tuve una hemorragia severa y una inflamación anormal de mi abdomen que creció hasta limitarme el movimiento, tuve que ir a urgencias y empezar todo un historial médico que terminó en la extracción de mi ovario y trompa derecha por un endometrioma”.
Foto de portada: Mundo People
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