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El día en que las víctimas se hicieron escuchar en el Congreso

Aunque desde hace doce años cada 9 de abril son escuchadas por el Congreso, en esta ocasión las víctimas tuvieron la oportunidad de que los representantes de la Bancada de la Paz orientaran la sesión.

Por: Argemiro Piñeros

Un esplendoroso sol cubrió la mañana del martes 11 de abril a la Plaza de Bolívar. Al despegar la tarde se empezó a tapar por varias nubes que anticipaban que iba a llover. A la entrada del Capitolio Nacional, la sede del Congreso de la República, había algo no común: una fila para ingresar más larga que lo habitual. Al subir las escalinatas, propios y extraños podían entender que algo muy especial estaba por suceder al interior del emblemático edificio, en donde se ha construido parte de la historia del país.

Sus cientos de visitantes, que estaban expectantes por escuchar su nombre para poder ingresar, iban, sin saberlo, a dejar una página más de la historia del país, esa tarde ellos eran los protagonistas, los voceros de los más de 9 millones de las víctimas que ha dejado el conflicto armado a lo largo de más de seis décadas.

La llovizna empezó a caer, la fila se iba moviendo poco a poco y el ingreso se fue dando. El 9 de abril, en virtud del mandato de la Ley de Víctimas de 2011, se celebra el Día Nacional de las Víctimas, pero en esta sería diferente; por primera vez, la sesión que tradicionalmente es dirigida por los presidentes de Senado y Cámara, la coordinarían las propias víctimas por medio de los representantes a la Cámara de las Circunscripciones Transitorias Especiales de Paz, los 16 que fueron elegidos por primera vez en marzo de 2022.

La dirección de la plenaria recayó sobre los hombros de William Ferney Aljure Martínez, un hombre nacido en la ciudad de Villavicencio a quien el destino lo ha llevado por la dolorosa ruta de las víctimas, pues, a lo largo de su vida, ha perdido a 11 familiares en medio del conflicto armado.

Aljure Martínez, quien llegó al Congreso gracias a la figura de las curules que nacieron del acuerdo de paz que firmó el Estado con las FARC-EP en 2016, es representante de la Circunscripción 7, que comprende a los departamentos de Meta y Guaviare: “A mis hermanos y a mí nos han matado 11 familiares y en ningún momento fuimos victimarios, no hemos tomado un arma para tomar venganza (…), no queremos que sus hijos vivan lo mismo que nosotros hemos sufrido”, contó con mucho sentimiento a los asistentes al pleno del Congreso.

Pese a ser algo inédito en el Legislativo, el representante metense, nieto del caudillo liberal de los llanos, Dumar Aljure, estuvo a la altura de la responsabilidad y le dio el protagonismo de la sesión a las más de 40 víctimas que fueron escuchadas por alrededor de 8 horas.

Antes de entregarle el mandato, el presidente de la Cámara, David Racero, destacó que es el primer año que el Congreso en pleno es presidido por la bancada de los representantes de las curules de paz, quienes “tienen todo el liderazgo para presidir una sesión como esta”.

Durante su corta intervención, el presidente de la Corporación invitó a que este espacio sea más que un lugar para escuchar a las víctimas, sino que debiera servir para “construir una agenda propositiva, incluso de cara al PND sobre la agenda de las víctimas”.

En el desarrollo de la sesión, el representante Martínez pidió un minuto de silencio por todas las víctimas de la violencia en el país, uno de los pocos momentos en los que en el Salón Elíptico del Congreso se vivió una pequeña calma.

El mensaje de las víctimas

Las más de 40 intervenciones de las personas que han vivido de cerca el conflicto armado dejaron un mensaje claro para el Congreso, el Gobierno Nacional y la sociedad: que las víctimas, hoy reconocidas como sobrevivientes del conflicto, necesitan mayor reconocimiento.

Por lo menos así lo dejó ver Nancy Restrepo, una de las víctimas que llegó desde el Valle del Cauca para pedir mayor apoyo: “Ya no somos víctimas del conflicto armado, somos sobrevivientes del conflicto y necesitamos que nos apoyen y nos den el lugar que merecemos”, recalcó.

Restrepo también se refirió a las miradas de indiferencia que, durante años, han debido sobrellevar las víctimas de la violencia en Colombia: “Hoy es importante, en este escenario, resaltar que las 16 curules de paz están haciendo el ejercicio”, expresó con mucho sentimiento.

Otra voz que llenó el Salón Elíptico fue la de Omar Antonio Jiménez, representante de las víctimas del Bajo Cauca antioqueño, quien manifestó que  “hay que construir sobre lo construido; necesitamos acciones concretas sobre nuestro territorio. Un campesino con hambre siempre va a ser una víctima de los actores armados en las regiones”. Jiménez aprovechó para pedirle al presidente Gustavo Petro apoyo para vivienda digna y proyectos productivos que les permitan mejor su situación de vida.

Entre las peticiones de las víctimas también se escucharon mensajes pidiendo al Gobierno Nacional una mejor infraestructura para sus regiones, ya que esto cambiaría la situación de la pobreza en la que viven sumidas: “Lo que queremos es el reconocimiento y que nos reparen como víctimas. Necesitamos inversión social para que haya paz en los territorios, tener buenas vías, cadenas de mercadeo de los productos”, señaló Ramón Emiro Galván, representante de las víctimas del Catatumbo.

Seguidamente se pronunció José Gil Martínez, del departamento de Chocó, quien le pidió al Gobierno Nacional que miren hacia su territorio “que ha sido olvidado”. Así mismo, solicitó que tanto el Ejecutivo como el Legislativo los tengan en cuenta a la hora de diseñar las políticas públicas: “Queremos pedirle al Gobierno Nacional que nos tenga en cuenta en sus políticas públicas, que llegue la inversión social al territorio sin estigmatizar a ninguna de ellas, porque somos nosotros los que hemos padecido la inclemencia de una guerra”, señaló Gil Martínez.

Leidy Riascos, quien representó a las víctimas del pacífico nariñense, también pidió a la sociedad en general a que no vean a las víctimas como solo cifras y que los sigan midiendo en los escenarios de discusión donde no tienen ningún protagonismo.

Con fuerza en su voz, Riascos manifestó ante la plenaria del Congreso: “Hoy las víctimas no queremos ser solo cifras que se ponen en grandes salones y auditorios, hoy no queremos estar en presentaciones de Power Point de una organización que llega a la región”.

Por su parte, Hernando Ariza, representante de las víctimas de Putumayo, señaló: “Queremos pedirles a los congresistas, que son ustedes nuestra voz, para que todas esas proposiciones que hace la bancada de las curules de paz ustedes las apoyen, porque son ustedes parte de nuestros departamentos”.

Leidy Tatiana Forero, del departamento de Arauca,  resaltó el hecho de ser escuchadas por primera vez en el Congreso: “Queremos, como víctimas, hacer parte de la Mesa de Víctimas, que tengan en cuenta a las personas, no solamente a las asociaciones, quienes deben de ser escuchadas y atendidas en sus necesidades”, resaltó Forero.

Paz y reconciliación

 Uno de los primeros en hablar de paz y reconciliación fue el director de la Unidad de Restitución de Tierras, Giovani Yule, quien manifestó que el Gobierno trae un mensaje de fuerza, reconciliación y esperanza. Un tema que retomó William Aljure Martínez en su intervención al inicio de los mensajes de las víctimas, al pedir un escenario de reconciliación en el país, donde las víctimas no tengan que volver a ser revictimizadas y puedan vivir en paz.

“Que salgamos a hablar del perdón, de la reconciliación, que no tengamos que volver a ver que nuestros hijos y sus nietos sufran lo que nosotros hemos tenido que sufrir”, señaló Aljure Martínez, al pedirles al presidente Petro y a la vicepresidenta Francia Márquez que les permita a las víctimas salir a escenarios públicos de reconciliación.

Edgardo Flórez, de los Montes de María, también puso la paz como fundamento principal y llamó la atención de las instituciones: “Siempre las mismas regiones poniendo los muertos, poniendo sangre, y otros deciden si nosotros queremos la paz o no. Tenemos el derecho a decidir si queremos la paz o no”, señaló.

Las víctimas, como lo hacen cada 9 de abril desde 2011, estuvieron en el Congreso y se hicieron escuchar dejando un mensaje de que no solo necesitan que el Estado les cumpla, sino que también quieren ser parte de la construcción de un país en donde la reconciliación sea una realidad y ellos sean protagonistas.

 

Foto de portada: Pesquisa Javeriana

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