El Congreso se vistió de naranja para sensibilizar sobre la violencia contra las mujeres
Por: Lyz Catherinn Osorio Rodríguez
Desde hace décadas la violencia en contra de la mujer se ha ponderado como uno de los temas prioritarios dentro de la agenda internacional. No obstante, solo fue hasta 1993 que se emitió la Declaración sobre la eliminación de la violencia contra la Mujer por parte de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas, en las que se insta a los Estados a defender a la mujer de cualquier tipo de acción o comportamiento que vulnere sus derechos.
Precisamente, el artículo N°1 de la citada declaración, define explícita y ampliamente que la violencia contra la mujer se encasilla en todo acto que, por su sexo, sea cometido atentando contra su integridad física, sexual y psicológica. Así, a lo largo de 6 artículos expone los actos violatorios, los derechos que han de ser defendidos y la manera en la que los países firmantes y el sistema de las Naciones Unidas deben actuar frente a la temática.
De este precedente, emergen diversos programas, proyectos y actos conmemorativos que buscan sensibilizar a las comunidades sobre el respeto y la promoción del trato digno a las mujeres. También se aúna a episodios históricos, como el acaecido el 25 de noviembre de 1960 en República Dominicana, en el que la muerte de tres hermanas se convirtió en la génesis del Día Internacional para la Erradicación de la Violencia contra las Mujeres que se conmemora en Latinoamérica desde 1981.
Justamente, este movimiento que busca visibilizar la violencia contra la mujer, ha institucionalizado que los 25 de cada mes se realicen actos relacionados con la protección de las mujeres, denominándolo el Día Naranja.
Así, se ha consolidado como uno de los temas más publicitados y tenidos en cuenta como una variable transversal a todas las políticas públicas, los procedimientos en organizaciones privadas y públicas y el diario vivir de la sociedad. Aunque lamentablemente, las cifras no permiten observar una mejora significativa, pues según las Naciones Unidas (2023) de 736 millones de mujeres – una de cada tres- han sufrido algún tipo de violencia.
Lo preocupante es que la construcción de una cultura de paz puede tomar varias generaciones, en especial si no son contundentes las medidas educativas que se emprendan para tal fin. Factores culturales, históricos, religiosos y socioeconómicos influyen en el trato recibido por las mujeres a nivel global y, si bien hoy en día se evidencia mayor presencia de la mujer en diversos escenarios, aún hay mucho que hacer para prevenir que las mujeres sigan siendo asesinadas, abusadas, maltratadas y menoscabadas por el solo hecho de ser mujer.
Así, debe continuarse esta sensibilización para que absolutamente todos los integrantes de la sociedad sean conscientes de la necesidad de respetar la vida y la integridad de los demás, en especial cuando hay una historia de inequidad, de brechas, de creencias erradas e interpretaciones subjetivas que han impedido los resultados esperados en materia de género.
Es por esto, que desde la Cámara de Representantes, se celebra esta campaña y se le da mucha atención no solo el 25 de noviembre, sino todos los meses, pues más allá de ser solo una fecha de recordar, se trabaja desde la esencia de la misionalidad por otorgarle a las mujeres una legislación con enfoque de género, en donde mediante iniciativas de ley, se establezcan parámetros que aportan a que tengamos un país más justo con ellas en los diferentes escenarios de participación, pero además que da prioridad a la defensa de la vida y a la eliminación de toda clase de violencia.
Desde la Comisión de la mujer, la representante de Risaralda por la Alianza Verde, Carolina Giraldo, habló de la importancia de recordar esta fecha, y mencionó la actividad de la agenda establecida para velar por los derechos de las mujeres. Así mismo, dijo que en el caso del Congreso se promueve un protocolo de atención a casos que quieran ser denunciados y añadió que desde la Comisión “Se promueve una agenda importante relacionada con la no violencia hacia las mujeres, por ejemplo, avanzamos con un Proyecto de Ley para prevenir la violencia política. De esta bancada femenina pueden esperar no solo legislación sino también acompañamiento en todos los procesos en donde una mujer requiera apoyo. También están en curso una serie de proyectos como el que se tramita para victimas indirectas de feminicidio, es decir esos huérfanos que quedan desamparados tras perder a su madre”.
Así mismo, la represente del Partido de la U por el departamento de Chocó, Astrid Sanchez, recalcó la importancia de denunciar sin temor, y a las instituciones de atender a cualquier muestra de violencia o discriminación de género, “Desde el Congreso de la República continuaremos trabajando sin descanso para que en Colombia estos casos lamentables disminuyan, seguiremos promoviendo leyes que brinden un marco de protección a nuestro género”.
Sobre la conmemoración de la fecha, la representante del Partido Liberal por el Huila, Flora Perdomo, dijo que “Para prevenir hay que invertir, el presupuesto para incentivar campañas y programas en el territorio es determinante para que las mujeres nos empoderemos, ocupemos lugares en diferentes escenarios de la sociedad y tengamos una atención útil frente situaciones que atenten contra nuestra integridad. Desde la Comisión hemos estado atentas para que esto suceda, y seguiremos trabajando para que el componente femenino continúe fortaleciéndose”.
La representante de Santander Erika Sánchez hizo énfasis en que, desde el Congreso, se debe seguir trabajando para que las mujeres encuentren medidas que promuevan el emprendimiento y el empleo, y que además, se aprueben iniciativas que contribuyan a la equidad e igualdad de oportunidades en aspectos como el deporte y la academia.
Por esta significativa fecha, El Congreso se vistió de naranja, el color representativo de la fuerza femenina. Con pancartas y carteles hombres y mujeres apoyan este recordatorio de sensibilización, aunque su compromiso va más allá de una fecha particular, pues las acciones e iniciativas que soporten la causa común de brindar a las mujeres una sociedad más justa y segura debe ser una tarea diaria.
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