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Inteligencia Artificial: una amenaza para los Derechos Humanos

Por: Ricardo Cáceres Acosta

Sin lugar a dudas, los sistemas cibernéticos han sido una gran ayuda para todos y más cuando facilitan actividades laborales, entretenimiento, comunicaciones e incluso para actividades domésticas; sin embargo cada día que avanza la ciencia en esta rama, las personas suelen dejar a un lado otras actividades y precisamente por las herramientas que se han creado para hacer más fácil nuestra cotidianidad, y sin darnos cuenta, cada vez somos más dependientes de los sistemas que nos ofrece la modernidad, uno que debemos tener muy presente es que nos acercamos peligrosamente a ser reemplazados por la cibernética y concretamente al último avance tecnológico como es la Inteligencia Artificial (AI), cuyo uso es cuestionado en todo el mundo por los efectos que podría ocasionar, de allí que se hace necesaria una reglamentación dado que, entre otros, atenta contra los Derechos Humanos.

En este sentido, ya se están preocupando los legisladores, más concretamente los de la Comisión Sexta de la Cámara de representantes, donde se tratan los temas de comunicaciones, o en la Comisión Primera Constitucional donde vigilan los derechos fundamentales, entre otros temas: Ya anunciaron ir estudiando propuestas para reglamentar en Colombia la utilización de la IA, al ser considerada como una amenaza latente contra los Derechos Humanos.

 

¿Por qué es una amenaza?

Retrocedamos para conocer esta herramienta que ha venido cogiendo fuerza e incluso sin darnos cuenta, ya estamos inmersos, utilizándola en nuestros celulares y algunos artefactos robóticos. Para conocer este sistema, es preciso preguntarnos qué es la IA, cuya definición universal nos señala que la Inteligencia Artificial (IA) “Es la combinación de algoritmos planteados con el propósito de crear máquinas que presenten las mismas capacidades que el ser humano. Una tecnología que todavía nos resulta lejana y misteriosa, pero que desde hace unos años está presente en nuestro día a día a todas horas”.

Existe otro diagnóstico que exponen los expertos en el tema, que nos debe preocupar y es lo que han señalado los científicos en cibernética, Stuart Russell y Peter Norvig, quienes diferencian varios tipos de Inteligencia Artificial al indicar que “son sistemas que piensan como humanos, automatizan actividades como la toma de decisiones, la resolución de problemas y el aprendizaje”. Además, citan como ejemplos, que son redes neuronales artificiales y actúan como humanos, mediante los computadores y realizan tareas de forma similar a las personas, como es el caso de los robots. Reiteran además, que dichos sistemas podrían actuar pensando racionalmente, “intentan emular el pensamiento lógico racional de los humanos, es decir, se investiga cómo lograr que las máquinas puedan percibir, razonar y actuar en consecuencia, los sistemas expertos se engloban en este grupo”.

El representante Pedro Suárez Vacca, afirma: “es vital la reglamentación de este moderno y novedoso recurso cibernético, puesto desde varios puntos de vista es una latente amenaza a los Derechos Humanos y atenta igualmente con uno de los derechos fundamentales como es el acceso al trabajo y en ese aspecto la Inteligencia Artificial (AI), podría dejar sin empleo a millones de colombianos y allí es preciso reglamentar su uso antes que genere serios problemas sociales”.

“La reglamentación de la Inteligencia Artificial en Colombia, tiene que ofrecer un análisis, yo diría que sociológico, económico, político y cultural muy profundo. Un análisis de los límites éticos de su desarrollo, entendidos estos límites como la imposibilidad que la IA, termine representando  un detrimento a los Derechos Humanos  y especialmente a los derechos laborales en razón a que no se puede pensar que éticamente exista un producto como el de la IA, que al final, en vez de beneficiar, termine lesionando los intereses individuales y colectivos de la humanidad, como podría suceder en el ejemplo que se señala sobre que la IA termine reemplazando la mano de obra en detrimento de la dignidad de las personas”.

“Pero hay un segundo matiz que tendrá que analizarse en esa perspectiva y es el de las relaciones económicas en el acceso a los productos, es decir, si nosotros llegamos a reemplazar  al ser humano en la producción económica, tenemos que preguntarnos inmediatamente, y entonces quién va a comprar esos productos, si las personas no tienen acceso a un trabajo que les permitan tener el capital para comprarlos, por lo tanto, también allí, tendrá que hacerse un análisis  sobre cuáles van hacer esos límites, cómo equilibrar ese proceso de producción y la capacidad de compra de esas personas”. Concluye el representante Suarez.

Cabe señalar que para comprender más acerca de este sistema, es preciso mencionar que ya estamos inmersos en ella como lo informa el portal de noticias científicas Iberdrola (https://www.iberdrola.com/innovacion/que-es-inteligencia-artificial), donde afirma que “las aplicaciones prácticas de la Inteligencia Artificial (IA), están presente en la detección facial de los móviles, en los asistentes virtuales de voz como Siri de Apple, Alexa de Amazon o Cortana de Microsoft y está integrada en nuestros dispositivos cotidianos a través de bots (abreviatura de robots) o aplicaciones para móvil, tales como LyliEnlace, un personal shopper en versión digital; concebida para ayudarnos con el aprendizaje de idiomas o GyantEnlace, un asistente virtual de Facebook que emite ‘diagnósticos’ médicos. El objetivo de todas ellas: hacer más fácil la vida de las personas”.

Aún más, debemos estar alertas con dicho recurso tecnológico, ya que la misma fuente indica que los avances en IA ya están impulsando el uso del big data, debido a su habilidad para procesar ingentes cantidades de datos y proporcionar ventajas comunicacionales, comerciales y empresariales que la han llevado a posicionarse como la tecnología esencial de las próximas décadas. Transporte, educación, sanidad, cultura y ningún sector se resistirá a sus encantos, recalca el estudio emitido por el portal Iberdrola.

 

Avances normativos.

La Comisión Europea ha sido la primera en levantar la mano para reglamentar la IA, proponiendo una ley de Inteligencia Artificial. y cuyo objetivo es introducir un marco normativo y jurídico común para la Inteligencia Artificial.​ Su ámbito de aplicación abarca todos los sectores y todos los tipos, la cual se viene aplicando en el continente desde el pasado 8 de diciembre de 2023, establecida como la primera ley del mundo en ese tema, con parámetros precisos para su uso y como una estrategia digital donde la Unión Europea reglamenta la IA para garantizar mejores condiciones de desarrollo y uso de esta tecnología innovadora.

La IA puede aportar muchos beneficios, como una mejor asistencia sanitaria, un transporte más seguro y limpio, una fabricación más eficiente y una energía más barata y sostenible. Propone además que los sistemas de esta tecnología que puedan utilizarse en distintas aplicaciones se analicen y clasifiquen según el riesgo que supongan para los usuarios. Los distintos niveles de peligro implicarán una mayor o menor regulación.

La prioridad del parlamento es garantizar que los sistemas de IA utilizados en la UE sean seguros, transparentes, trazables, no discriminatorios y respetuosos con el medio ambiente, igualmente deben ser supervisados por personas, en lugar de la automatización, para evitar resultados perjudiciales.

 

Colombia se prepara para asumir controles.

Es de señalar inicialmente que en noviembre 2019, el gobierno adoptó una Política Nacional para la Transformación Digital e Inteligencia Artificial contenida en el documento CONPES 3975. Este documento busca por lo tanto nutrir el diálogo nacional sobre el desarrollo de la IA, en el marco de la recuperación.

Sin embargo, a la fecha el avance no ha sido notorio pese a que existe un amplio y detallado estudio elaborado en la Universidad Sergio Arboleda de Bogotá, denominado “Marco Ético para la Inteligencia Artificial”, cuyo autor, Armando Guío, Consultor de la Corporación Andina de Fomento, hace una serie de recomendaciones que son precisas tener en cuenta al momento que se adelante una legislación para limitar su uso.

En nuestro país, ya está siendo utilizada por algunas empresas, en la implementación de operaciones comerciales, entre ellas EPM, Protección y Comultrasan. EPM, por ejemplo, ha desarrollado una asistente digital llamada «Ema» que utiliza la IA para procesar lenguaje humano en forma de texto y ofrecer servicios de atención al cliente.

Por su parte, el representante a la Cámara por Antioquia, Daniel Carvalho Mejía, del Partido Coalición Centro Esperanza y quien hace parte de la Comisión Sexta, ya viene analizando el uso de la IA y anunció que “El proyecto de ley que estamos elaborando sobre Inteligencia Artificial nace de nuestro interés en la protección del patrimonio cultural colombiano, pero nos dimos cuenta que para llegar a ese nivel de proteger el patrimonio, necesitábamos comprender una base necesaria para todos los derechos que son afectados por la emergencia y el “boom” de la Inteligencia Artificial.

En nuestro proyecto de ley concebimos tanto la parte de riesgos que ya fue elaborada por la Unión Europea, como otros referentes internacionales que nos han servido para comprender cuál debería ser la fórmula de la Inteligencia Artificial en Colombia. En ese sentido creemos que el enfoque del proyecto debe fundamentarse en la protección de los derechos de los colombianos, más que en la regulación de la producción de Inteligencia Artificial”, señaló al respecto.

 

La advertencia mundial.

Navegando por la red de internet, se encuentran diversos artículos, conceptos, estudios, análisis de científicos, catedráticos e incluso hasta predicciones y comentarios apocalípticos recogidos de películas de ciencia ficción, del posible dominio de las máquinas sobre la humanidad y entre todos ellos cito uno que nos hace reflexionar y es el análisis realizado por Andrea Elena Grigore de la  Universidad de Sevilla, quien en su documento, Human Rights and Artificial Intelligence, afirma: “la Inteligencia Artificial utiliza algoritmos y modelos matemáticos para procesar grandes cantidades de datos y tomar decisiones basadas en patrones y reglas establecidas a través del aprendizaje automático, que es la capacidad de una máquina para aprender de forma autónoma a partir de datos sin ser programada.

La Inteligencia Artificial es una herramienta sumamente poderosa y necesaria para ayudarnos a abordar los inmensos retos que debemos superar como especie. Pero si a la hora de desarrollarla pasamos por alto los factores sociales, laborales y éticos. Puede convertirse en arma a favor de la desigualdad, el control y la destrucción”, advirtió en su estudio publicado IUS ET SCIENTIA, revista electrónica de derecho y ciencia, sobre Derechos Humanos e Inteligencia Artificial.

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